sábado, 26 de octubre de 2013

EL VALOR DEL CARIÑO. II PARTE

AL DIA SIGUIENTE…
            Marina, leía el informe de lo ocurrido el día anterior, e inicio sus investigaciones empezando por el archivo del caso… y se fue al barrio latino, donde no le fue muy bien que digamos…
            -Ya sé porque este asunto está estancado… Estar casada con un ex marino tiene sus desventajas, pero yo también soy latina…
            -A nosotros qué nos importa, váyase a su casa a criar a sus hijos, y busque a su marido, aquí nada tiene que hacer… sino le demuestro con mis puños lo que es un hombre- Dijo Alberto, acercándose amenazante
            -Inténtalo. – dijo Marina, poniéndose en posición de combate, como Casco Alado, había aprendido a enfrentarse a ese tipo de bravucones machistas. Este al intentar atacarla quedo en el suelo, con el brazo torcido en una postura que de continuar le dislocaría el hombro y fracturaría la clavícula, además de que Marina le había puesto una rodilla sobre el pecho, entre el plexo solar y el esternón…
            -¡Ayúdenme!- gritaba, con el rostro azul por la falta de aire- ¡Quítenme a esta loca de encima, que me mata!
            -Hasta que aprendas a tratar a una dama, no todas somos putas ni busconas… me imagino que así mismo tratas a tu madre y a tus hermanas… las aladas sabemos embrecar a bravucones como tú. No en balde nos enfrentamos a Noriega… y le hundió mas la rodilla en el pecho, casi cortándole la respiración, haciendo que el rostro antes azul, se pusiera casi morado…
            -D...Déjeme, por favor. –Suplicó el delincuente… -Me está matando.
            Y lo soltó… levantándose del suelo, vio que otras compañeras que venían con la chica, lo encañonaban…
            -Ni se te ocurra sacar la navaja, Alberto Marquina… si no quieres hacer llorar de verdad a tu madre, esa santa a la que le robas los cuatro centavos que cobra de pensión para drogas… -dijo Judith Vega Montes.
            -Se trata de aclarar un caso, y desenmascarar a varios corruptos a los que compras para seguir reclutando chicos inocentes para tus negocios sucios.  No nos subestimes, te puede ir muy mal.
            -James Cleary, el asesino de mi hermano… tenga por seguro que me vengaré de él, y a usted… le reservo trato especial…
            La chica por toda respuesta saco su arma y la amartilló, apuntándole…-Escúchame, remedo de hombre que da asco de solo mirarlo… toca a mi marido, y te sajo la garganta… no es con un revolver con lo único que me defiendo, a criminales como tú, les abro la garganta de un tajo.  Es en serio.
            La mirada de Marina era gélida, todo lo que podían dar sus ojos negros. Tenía buenas amigas entre las chicas operadoras como Judith Vega Montes, que también era compatriota suya… era la princesa de los ojos del compañero de su esposo, quien creía a pie juntillas que era inocente.
            -Tranquila, se que de buena gana le hubieras roto o arrancado el brazo, y se lo merecía, el animal ese.  Igual a los monstruos que dejamos atrás.
            -Tu novio estaba esa noche con mi esposo cuando murió aquel muchacho… que no creo que fuera del todo inocente… Michael sostuvo eso durante todos los días que duró la audiencia. Aunque él sospecha de un comisionado al que no le caía bien tu marido… sabrá Dios por qué.
            -Podría ser una conexión útil. Maxwell Keeley puede ser el que nos lleve al final de este asunto… decía que tu marido usaba métodos poco ortodoxos.
            -Brutalidad policial… y que es lo que quería, pactar con ellos… perdóname. Con todo lo que he visto… me sorprende que a otros no le hayan hecho lo mismo.
            -Yo no creo que ese sea el verdadero motivo. –Dijo Judith, pensativa, rascándose la barbilla. –Algo esconde, o no quiere que se sepa.
            -Y te creo… la gente de Asuntos Internos anda husmeando por causa de nosotras, aunque Maryland se aseguró que estuviéramos protegidas.
            -De todas formas… hay que vigilarlo… sospecho que la inquina contra tu marido no es solo “pique profesional”.
            Marina siguió husmeando, lo que le permitía su cargo de operadora… y su entrenamiento como policía anti terror.  Hasta que tropezó con algo, que le dio a entender que lo de su marido fue…una trampa bien armada.
            -De modo que aquello fue una trampa.
            -Así es… ellos sabían que irían a ese lugar y harían esa redada… por eso paso lo que pasó… y esa información tuvo que salir de alguien de adentro, porque de afuera, lo discuto. Una conspiración para desplazar al Alcalde, y de paso que rodaran algunas cabezas de los nuestros.
            -Keeley está detrás de esto.
            -Posiblemente, está tratando de convertir a sus antagonistas en aliados para poder ascender, y los que no se plieguen, como tu marido, sacarlos de la fuerza y lo peor, que sus iguales los vean como a policías corruptos, cuando bien se sabe que no es así.
            -Tendremos que desenmascararle.
            -No será fácil, pero no será imposible. ¿Nos acompañas?
            -Claro… todo sea por él.
            Y montaron un operativo con grabadoras y todo… no podía creer lo astuta que era su amiga Judith. Aunque llevaba razón, por algo fue parte de Reacción Inmediata…           

            -Listo… esta noche le daremos una sopa de su propio chocolate a Keeley… pero tenemos que ir bien armadas, por que el muy perro puede herir a nuestros hombres, y por encima de mi cadáver toca a Mike.

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