sábado, 26 de octubre de 2013

EL VALOR DEL CARIÑO... III PARTE FINAL

ESA NOCHE…
            Michael Gates, el novio de Judith, estaba de guardia, frente a aquel supermercado, también estaba siguiendo una investigación por su cuenta, él y James fueron a la academia de policía, eran amigos desde esa época  les gustaban las latinas, y habían sido parte de fuerzas especiales en el ejército.  
            Un movimiento inusual despertó su atención… el supermercado era objeto de un asalto en ese momento, y sin pensarlo dos veces, entró en el lugar, y arrestaron a dos chicos, uno de ellos estuvo en el asalto donde murió Julio Eliecer, el hermano de Alberto.
            -¡No diré nada!
            -¿Prefieres ir a un correccional? Allá es donde irás, hasta que puedas enfrentarte a la pena de prisión de un adulto, si cooperas te reducirán la pena, no seas estúpido contigo mismo.
            -Será peor para ti, por tu culpa un compañero fue dado de baja y posiblemente le despidan, ¿Quién te pago para que metieras a Julio Eliecer en este lío?
            -Fue… Alberto, dijo que era un trabajo fácil, pero no le importó sacrificar a su hermano, lo que le pasó a Julio fue por que recibió las balas que le tocaban a él.
            -¿Alberto Suárez?
            -El capitán Keeley está en tratos de negocios con él y con el cartel de la calle 54, necesita que llegue a comisionado para ser inmune a los arrestos de la policía. “LA FAMILIA” está de acuerdo con esto… Roselli vino a  mi casa y me encargo que eliminara a la “gata entrometida”…
            -De modo que el anda detrás de la esposa de mi compañero… escucha, desgraciado… esa mujer se sabe defender mejor que cualquiera de ustedes…
            Marina al escuchar aquello… de modo que ellos la subestimaban… bien, era el momento de demostrar de que cuero salían mas correas… iría al lugar donde mataron a Julio… y volvería a revisar la escena del crimen… en su opinión esa arma no estaba en el fondo de ningún lago, como hicieron creer… estaba allí, en espera de que alguien la sacara…
            -Le voy a parar los pies, a ese corrupto…
            Fueron al lugar donde ocurrió el tiroteo… era un lote baldío con una casa abandonada, desde donde le dispararon a Michael y a James… Judith también estaba allí con ella, ni pensar en dejarla sola después de saber que iba a ser secuestrada.
            -Aquí no hay nada, esto lo peinaron el mismo día…
            -Tanto trabajo para nada. –dijo la chica desilusionada, mirando al cielo –Si tan solo pasara algo, una señal de que estoy en lo cierto…
            No había terminado de hablar cuando una paloma salió de una viga en la azotea… había un hueco donde el animalito había hecho su nido… cuando Judith se acercó…entre las pajas donde estaban los inocentes palominos, había algo brillante…
            -Mary, creo que la hallé.  –dijo mirando dentro del nido. –Dame un par de guantes para sacarla…estamos de suerte.
            Después de mucho luchar, Judith sacó el arma del escondite… la puso en una bolsa de plástico…
            -Vámonos, ya tenemos lo que faltó en ese primer juicio… ahora sí le acabamos la carrera a Keeley…
            AL LLEGAR AL PRECINTO, EL TENIENTE ANDERSON, QUE ERA EL JEFE DE AMBOS DETECTIVES, EXAMINÓ EL ARMA…
            -Esta es el arma que tenia Julio cuando le disparó a James… no fue una acción criminal, a traición por la espalda… a un muchacho indefenso… este hombre iba a matar a uno de mis mejores hombres… Desde hace tiempo estoy siguiendo a Keeley por sus tratos con la mafia y los carteles de la droga aquí en Nueva York… pero este juego llegó a su fin… Marina, no tengo palabras… pero ahora le voy a pedir, por su tranquilidad y la de este hombre… que deje que los que saben hagan lo que tengan que hacer…
            -Pero, señor, es mi esposo…no puede pedirme que me mantenga al margen…
            -Lo siento, órdenes son órdenes, y esto es por su seguridad, no porque no la crea capaz… porque ya demostró quién es usted… sino por él. No me perdonaría nunca que le pasara algo.
            -El teniente tiene razón… déjame resolver esto a mí… No te preocupes, amor- dijo acariciándole una mejilla. –Yo estaré bien.
            Lo vio ponerse un chaleco doble placa anti trauma… y Judith se le acercó a su amiga…
            -¿Le dijiste del mareo que te dio cuando veníamos hacia acá?
            -No. No quiero alegrarle, sin estar segura… tengo que ir al médico para tener la certeza de que estoy esperando bebé.
EN UN LUGAR APARTADO DEL MUELLE…SE ESCENIFICABA UNA ENTREGA DE DINERO Y ESTUPEFACIENTES.
            -¿Es todo…?
            -Sí… habrá mucho más cuando tenga todo el control de la Policía…espero que se encargue de ciertas unidades…
            En ese momento, llegaron un montón de patrullas de la policía… que rodearon el lugar…
            -Se acabo tu juego, Keeley… Lo sabemos todo…
            -¡Anderson… tú…!
            -Nunca creí lo que se dijo en ese juicio, que uno de mis hombres hubiese matado a un menor de edad indefenso, Julio Marquina tenia prontuario, más que cualquier otro delincuente y testaferro del narcotráfico… a pesar de tener solo dieciocho años… tenemos la prueba que falta… el que escondió el arma nunca pensó que en el lugar donde la puso estaba más a la vista que en el lugar que dijo que estaba…
            -¡Traidor! –dijo mirando a Uriel Ernesto, el menor de los Marquina, que fue quien dijo todo a cambio de reducción de pena.
            -Mataste a mi hermano, y pretendías que matara a una mujer que bien puede ser Juanita, mi hermana… lo que hiciste no tiene perdón, como tampoco que mi hermano mayor enviara a la muerte a Julio, porque sabía que este iba a ir con los federales.
            Keeley apuntó su revólver hacia James cuando una voz femenina desde atrás le dijo  -Yo si fuera usted, no lo haría, teniente. –Al mirar atrás vio a Marina apuntándole con una automática calibre veintidós.
            -De nada le servirá matar más gente… el FBI, viene en camino… no se complique más de lo que está.
            -¡Nunca me atraparán! –y empujando a James apuntó hacia la chica en el preciso momento que…
            -¡Bang! ¡Bang!
            Dos detonaciones hicieron blanco en él cuerpo del policía que se desplomó en el piso sin dar una queja. El teniente Anderson había disparado al ver a uno de sus hombres en peligro…
            James se acercó a su mujer… pálida, pero ilesa…
            -¿Estás bien, amor? –dijo abrazándola fuertemente… casi estuvo a punto de perderla frente a sus ojos… -Ahora sé lo que vale el cariño…
            -No me lo agradezcas, en su momento, hubieras hecho lo mismo por mí… peor hubiera sido que te quitaran tu empleo y tu placa… tenía que demostrar que no eras un corrupto, cuando otros lo eran.
            En ese momento, un violento mareo la hizo llevarse la mano a la frente…y ponerse más pálida de lo que estaba…
            -Mi amor… ¿te sientes mal?
            -Creo que debes llevarme al médico, no me siento nada bien…
            En la ambulancia que llegó para llevarse el cuerpo del  teniente Keeley, llego otra, donde revisaron a Marina.
            -Señorita, ¿Cuándo tuvo su último período menstrual?
            -Hace dos meses… no me viene desde esa fecha… tengo seis meses de casada…
            -La llevaremos al hospital, para que le hagan un examen, así salimos de dudas…
            James estaba preocupado, tanto trabajo en su caso, podía haber enfermado a su esposa… y temía que fuera grave.
            -Estas preocupado. –Dijo ella al verlo serio y callado.
            -La verdad, sí, cariño… ese malestar que te dio no me gusta… No eres enfermiza, pero tanto estrés con lo mío, pudo afectarte…
            -Tranquilo. –dijo apretando su mano. –Me harán un examen de sangre para descartar cualquier posible causa…
            En el hospital, la pasaron a laboratorios… James se quedó afuera, recordando las veces que la tuvo en sus brazos… era inocente, lo sentía en su forma de besar y en sus caricias… pero también había sido una alumna aventajada…era la única que sabía todo lo que le gustaba a puerta cerrada en una habitación… aun sentía aquellas manos delicadas en todo su cuerpo… y los gemidos viriles que le arrancaba cuando la poseía…
            Los recuerdos se agolpaban en su mente, la amaba demasiado… había hallado un tesoro, y no lo iba a dejar perder. En ese momento la vio salir con el brazo derecho doblado.
            -Ya está… dentro de una hora nos darán el resultado… tranquilo, todo saldrá bien…     
            -Estaba recordando, nuestra primera vez… la primera vez que hicimos el amor… eras tan inocente…no podía creer que fueras virgen…y luego los gemidos viriles que me arrancaste con cada caricia… me envicié con eso.
            -Yo temblaba cuando estabas dentro de mí, no sabía cómo hacer…solo sentía tus brazos apretándome, tus labios buscando los míos…tus gemidos viriles que me indicaban tu entrega… el calor de tu pecho acariciando mi busto…  aquellas noches lluviosas sintiendo tu cuerpo desnudo en el mío… tus brazos apretando mi cintura…
            -Me envicié… no podía esperar la hora de salida sin imaginarme tu figura enredada en mis brazos…. El calor y la tersura de tu piel…despertaste algo que creí olvidado…
            En ese momento salía la enfermera con el resultado del examen… ella se levantó… junto con él.
            -Tengo el resultado de sus exámenes, señora Cleary… ese malestar es común en su estado.
            -¿Mi estado…?  ¿Es que estoy esperando bebé?
            -Si, tiene dos meses justos… lo normal era que se hubiera manifestado este malestar mucho antes…ahora debe cuidarse más…
            James abrazó tiernamente a su esposa…al fin, una familia como la deseaba… tal cual la quería…
            -Valió la pena haberte encontrado, amor… -dijo mirándola…-después de tanto dolor, y tanta tristeza… te amo, mi amor…te amo.

            La beso tierno y apasionado… y ella le rodeó el cuello con los brazos…le había regalado un amor profundo y tierno… a pesar de sus temores…triunfo la verdad, y triunfó el amor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario